-Queso feta vegano-

- Dificultad: Baja
- Raciones: 4
- Tiempo de preparación: 1h
- Tiempo total de espera: 8h
Ingredientes feta vegano
- 400 gr de tofu firme
- 160 ml aceite de coco líquido
- 1 cucharada de vinagre de manzana
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de hiervas provenzales
- 1/2 cucharadita de ajo en polvo
- 1/2 cucharadita de cebolla en polvo
Es muy importante la higiene y la limpieza durante todo el proceso de elaboración del queso feta vegano, aseguraos bien de que todos los utensilios que vayáis a utilizar estén bien limpios. El queso durará una-dos semanas dentro de la nevera una vez listo.
¿Qué voy a necesitar?


Instrucciones paso a paso
Paso 1
El primer paso es escurrir al máximo el bloque de tofu. Para ello lo colocaremos en una tela para quesos o gasa y lo apretamos bien con las manos, hasta que pierda todo el agua. No pasa nada si se desmenuza, ya que vamos a triturarlo.
Paso 2
En un procesador de alimentos introducimos todos los ingredientes excepto las hierbas provenzales. Trituramos todo hasta que tenga una textura sedosa. Es posible que a mitad tengáis que bajar con una espátula o cuchara lo que se queda en las paredes.
Paso 3
Añadir las hierbas provenzales y triturar unos segundos para mezclarlo.
Paso 4
Vertemos nuestro queso feta vegano en un molde forrado con papel film, lo tapamos y si la forma del molde nos lo permite, le ponemos peso encima (un par de tetabricks de bebida de avena, por ejemplo). Lo metemos en la nevera un mínimo de 8 horas.
Paso 5
Una vez pasadas las 8 horas, desmoldamos y cortamos a daditos.
¿Muchos pasos? Prueba esta versión:
Otra forma también muy rica y más sencilla de hacerlo seria: secar el tofu, cortarlo a daditos y metrlo durante al menos 24 horas a macerar en un bote con todos los ingredientes.
Y listo ¡Qué aproveche!
Sobre este queso
El queso Feta, es un queso clásico de Grecia (famoso también en Bulgaria, Turquía, Dinamarca y Rumania), fundamentado en la cuajada del queso que se cura en salmuera. Este tipo de queso es muy tradicional y aparece descrito hace cientos de años y se remonta, por lo menos, a la Antigüedad clásica. Es un queso blando, sin corteza que se expende en porciones rectangulares o en forma de cuña. Su consistencia es sólida aunque flexible poseyendo algunas grietas y presentando en ocasiones pequeños huecos.